Recientemente he cambiado de trabajo. No lo tenia pensado pero, en fin, “la pela es la pela”. Muy a mi pesar y con buenos amigos forjados durante casi 3 años, he emigrado a lugares más cálidos con la cartera.
Lo que más me ha entristecido es que en mi anterior empresa ni se han molestado en igualar la oferta. Me hubiese quedado por menos de la mitad de lo que me ofrecían en el nuevo sitio, que me queda a 1 hora de casa en coche. El anterior me daba para salir de la cama 20 minutos antes de entrar. En fin.
La historia empieza un día de mayo, mientras ayudaba a apagar incendios aun por iniciarse a golpe de MFC. Recibí una llamada solicitando una entrevista para una vacante de… bueno, de lo mío. ¿A quién le importa? Emmm a lo que iba. Recibí dicha llamada desde una consultaría y como nunca cierro puertas, seguí la corriente al chico del sur que me estaba hablando. Fui haciendo entrevistas fuera del horario de trabajo, con el tiempo justísimo, sin saber nada de remuneraciones y muy poco de la faena a ejecutar. No se si lo hice por buena persona, por no saber decir que no o por aventura.
Hace meses que pienso que estoy en la edad de poder cambiar cosas radicalmente sin demasiadas consecuencias. No tengo ni deudas, ni familia a mi cargo y con el transporte y el alojamiento auto mantenido esta garantizado. Sumémosle que en el sector al que me dedico se le suele aplicar la máxima de “aprender y no estar demasiado tiempo en el mismo sitio”. El tren del avance tecnológico te puede atropellar si lo haces. Así pues, he empezado mi fase laboral nómada, no estar más de 3 años en el mismo sitio si se puede.
Volvamos a la cronología. Una vez hube aceptado la oferta después de 4 o 5 entrevistas, con responsables de la consultora y del destino y aun trabajando en el mismo sitio, me dirigí a mi viejo responsable de sección y le comenté la jugada. La cosa no salió como me esperaba. No se que esperaba, pero no lo que pasó.
Me iba a ir de todos modos, pero le di la oportunidad de contraofertar. Cometió el fallo de decirme que iba a hablar con dirección sin preguntarme por cuanto me iba. Esta claro que después de multitud de elogios sobre mi trabajo durante todo este tiempo, no estaba interesado en que me quedase o simplemente le daba igual. Puede que entendiese que quisiera cambiar, por el sueldo mísero… nunca lo sabré. Pero no me sentó bien.
He de decir que me costó una semana entera reunir el valor para decírselo. No estaba mal en la empresa, se me había dado una oportunidad aun sin tener la carrera acabada y disfrutaba con mi trabajo. Claro está que ellos a cambio no me daban las condiciones económicas que eran exigibles para trabajadores titulados. Quid Pro Quo. Además tenía mas de media docena de amigos y muchos más compañeros de trabajo con los que me llevaba bien. Casi 3 años. Se hace difícil.
Una vez hecho el papeleo por ambos lados, una semanita de vacaciones.
Y aquí estoy, semana y media desde que empecé en el nuevo sitio. Aun no he arrancado con la faena de verdad. Venga leer papeles. Venga hacer tests… Aburrido de momento, pero esto promete. Ya os iré contando. Por de pronto, la próxima entrada la dedicare a comentar diferencias sustanciales entre los dos sitios. Mas que desde el punto de vista de la labor en si, desde el punto de vista de la idiosincrasia de los hábitos, precios de comidas, dinámicas etc…